“Palabras vanas que giran en el aire, un
deseo compartido y la timidez a hacerlo realidad.
Ella habla mientras él solo se fija en la
arruga que fugazmente se dibuja en la comisura de sus labios, idealizando cuál
sería el sabor de los mismos.
Miradas que hablan descubriendo aquello que
ambos ocultan. En la de él, el temor a estropear lo que tanto tiempo lleva
ensayando; en la de ella, la esperanza de que simplemente ocurra. Dos caminos y
un mismo final. Él se pregunta el cómo, ella el porqué. Sinfonías con los
dedos, partícipes de la impaciencia y excitación. El rasgar del labio inferior
con los incisos, eco de la llamada de la seducción. Tormenta de respiraciones
que agitan el latido de sus corazones; sonrisas que se diluyen con la brisa de sus
suspiros.
Uno, dos…tres… y el sabor del amor en sus
labios.”